El Omeya fue un linaje árabe que ejerció su poder califal, primero en Oriente, con capital en Damasco, y luego en Al-Ándalus, con capital en Córdoba (España). El término Omeya proviene de un antepasado de la familia, Umayya. Estrictamente hablando, la dinastía comienza con Muawiya iben-Abi-Sufián y termina con Marwán II, en el 750 d.e. La familia Omeya había llegado primero al poder bajo el tercer califa Othman aunque la dinastía Omeya fue fundada por Muyawiya quien había sido nombrado gobernador de Damasco por Othman. En el 661, tras disputar el poder con Alí Ben-Talib, fue nombrado Califa del Islam.

Los Omeyas continuaron las conquistas musulmanas, incorporando el Cáucaso, Sind, el Magreb y la península ibérica (Al-Andalus) en el mundo musulmán. En su mayor extensión, el Califato Omeya tenía unos 15.000.000 km², el imperio más grande que había visto el mundo hasta la fecha y el quinto más grande de los que han existido. Durante la segunda Guerra Civil (680–692), el liderazgo del clan Omeya pasó de la rama Sufyanida de la familia a la rama Marwanida. Como las constantes campañas militares agotaron los recursos, terminaron siendo finalmente derrocados por la familia Abbásida en 750, con capital en Bagdad.

La conversión al islam no fue estimulada, pues podía suponer una mengua en los ingresos debido a que judíos y cristianos pagaban mayores impuestos (Jizia). Los Omeyas llegaron a prohibir la conversión al Islam en algunas ocasiones. De ahí la acusación de ser malos musulmanes que sus enemigos lanzaron contra ellos. A pesar de la complejidad social del territorio que gobernaban y la oposición, durante la época Omeya no se registraron grandes problemas nacionales (entre las distintas etnias del imperio o entre los árabes y otros) ni tampoco choques entre comunidades religiosas o entre los no musulmanes y el gobierno.

Hacia el año 740 el Califato Omeya se hallaba debilitado por las luchas intestinas en el seno de la propia familia Omeya. Además, la presión constante de los Jariyistas y los chiítas debilitaban al gobierno. Los chiítas iniciaron una revuelta en Irán que pretendía restituir el poder califal al clan de los Hashemitas (al que habían pertenecido Mahoma y Alí). A la cabeza de la revuelta, se puso Abu l-Abbas (también conocido como As-Saffah), jefe de los Abbásidas, una rama secundaria de los Hashemitas. Eso sí, la familia Abbásida no era parte integral de la facción de Alí (los chiítas).

¿Qué restos dejaron los gobernantes de la dinastía Omeya en Israel? En Jerusalén, tenemos el Domo de la Roca (cúpula dorada), la mezquita de Al-Aqsa y los palacios Omeyas del Centro Davidson. Los Omeyas construyeron Ramle y dos palacios de invierno muy bonitos, el de Isham en Jericó y las ruinas de Minia al norte del Mar de la Galilea-Kineret (ruinas de Jurvat Minia). Los Omeyas ayudaron mucho a desarrollar los caminos y los puestos de descanso para los peregrinos del Hajj. Dos de estos centros están en los senderos de Hebrón y otro en el valle de Fatzael (Fugarot).

Por el 750 se cristaliza una oposición contra los Omeyas, liderada por la familia Abbásida. Estos comienzan a hacer propaganda contra los Omeyas, los acusan de «laicos», son «Muluk» o reyes, no son Califas… A mediados del siglo VIII, ascienden al poder califas Omeyas poco capacitados y ocurre un terremoto en 749. Los Abbásidas elevan banderas negras (como ISIS) y declaran una revuelta, derrotando a los Omeyas en 750. Ellos pasan su capital a Bagdad y desde allí gobernarán 500 años. Los primeros 250 años disfrutan de una época de grandes éxitos mientras que los 250 últimos van perdiendo poder.

Los Abbásidas son una dinastía diferente a la anterior. Trasladan su capital a Bagdad pues es un cruce fantástico para dominar el Medio Oriente. La época de oro del islam ocurre entre los siglos VIII y el X, es la época de conformación del islam, durante los días Abbásidas. Hasta entonces se vivía una época de conquista y de justificación de la existencia de la nueva religión. Los primeros 250 años del gobierno Abbásida se centran en la cultura, se cristaliza la fuerza de la religión, se escribe la jurisprudencia y se publican muchos libros. El Islam era el progresismo.

Los Abbásidas se dedican menos a las conquistas, desarrollando dos temas muy importantes: la ciencia religiosa y la ciencia laica. Los gobernantes Abbásidas comienzan a actuar como patrones de líderes religiosos y también de científicos. En la actualidad hay una especie de división entre estos campos y hay un miedo por la penetración del mundo occidental laico en la religión islámica, especialmente en el Medio Oriente. Sin embargo, en los días Abbásidas no existía tal problema ya que las cosas iban juntas. Escriben mucho sobre religión y desarrollan una ciencia de su religión. El Islam era, por entonces, el progresismo.

El Islam era, en los días Abbásidas, el progresismo. Desarrollaron el álgebra: El-Jaber, la fracción; el número cero que se dice en árabe Sufer. En Bagdad se construyó una gran biblioteca que luego fue incendiada por los mongoles. Se trataba de un mundo muy culto en donde sobresale la literatura mundial traducida, la astronomía, las matemáticas, la geología, botánica, etc. Los Abbásidas no inventaron todo desde cero sino que se desarrollaron traduciendo lo que había en todo el mundo. Damasco, Basra, Bagdad, Jerusalén son centros importantes. Se trata del periodo de mayor formación del Islam, es la época de oro.

La época de máximo esplendor Abbásida correspondió al reinado de Harún al-Rashid (786-809), a partir del cual comenzó una decadencia política que se acentuaría con sus sucesores. El último califa, Al-Mutasim, fue asesinado en 1258 por los mongoles, que habían conquistado la capital Bagdad. Sin embargo un miembro de la dinastía pudo huir a Egipto y mantuvo el poder bajo el control de los mamelucos. Esta última rama de la dinastía se mantuvo hasta 1517 cuando los turcos otomanos conquistaron Siria y Egipto. Fue el califato más intelectual en la historia del Islam, la fuerza progresista mundial por aquellos días.

A principio del siglo X una dinastia chiíta se refuerza desde Marruecos amenazando a los Abbásidas. Son los Fatimí, quienes se van expandiendo hacia el este. Los Fatimí conquistan Israel y Egipto en 969, comenzando 100 años de gobierno chiíta en el corazón del reino Abbásida (incluyendo Israel). En Egipto, en donde había muchos coptos cristianos, obligan a muchos a convertirse. Los Fatimí son, al principio bastante tolerantes, los ayudaban asesores cristianos, caraítas y también judíos, pero al ascender al poder El-Hakim Be-Amer Allah (996), heredó el trono a los 11 años, enloquece. Entre otras cosas, destruye el Santo Sepulcro.

El-Hakim Be-Amer Allah ascendió al poder en 996, heredando el califato cuando tenía trece años. Tenía consejeros judíos, caraitas y cristianos. Poco a poco va cambiando su forma de actuar, se vuelve loco. Comienza a perseguir a otras religiones, incluyendo una furiosa persecusíon contra los sunitas. En 1009, ordena destruir todas las iglesias y sinagogas en Egipto-Siria, entre ellas el Santo Sepulcro de Jerusalén, Saint George de Lod… Esta locura será una de las razones del comienzo de las Cruzadas. Uno de los propagandistas de El-Hakim fue Darzi Ben-Ali (los Drusos), quien decía que El-Hakim era la personificación de Dios.

El califato fatimí (fue el cuarto califato islámico) pertenecía a la rama chií ismailita. Dominó el norte de África desde el 909-1171. Inicialmente fue establecido en Túnez y convirtió Egipto en el centro de su califato, en la segunda mitad del siglo X. En su apogeo, el califato incluía parte del Magreb, Sudán, Sicilia, el Levante mediterráneo e Hiyaz. El califato se originó en un movimiento chiíta ismailita lanzado en Siria por el octavo imam, Abed Allah al-Akbar, afirmaban que descendían de Muhammad iben-Ismail, el séptimo imán chiíta, al que consideraban mesías (al-Mahdi) y que debía reaparecer el año 932.

Los fatimíes afirmaban ser descendientes de Fátima, la hija preferida de Mahoma, y de su marido Ali Ben-Talib, el primer imán chií, de donde derivaba su nombre de «fatimíes». Los califas fatimíes pretendieron, al comienzo, estar cumpliendo la profecía que prometía el regreso del séptimo imán en el año 300 de la Hégira (932) y se arrogaban poderes carismáticos y conocimiento sobrenatural gracias a su descendencia directa con el profeta Mahoma. Esta capacidad era necesaria para interpretar el sentido oculto del Corán que, según los ismailíes, no debía tomarse literalmente. El líder proselitista que los impulsó fue Abu Abed Allah.

La capital de la dinastía Fatimí, en Israel, era Ramle y no Jerusalén. El terremoto de 1068 destruye Ramle. Son invadidos por los turcos Selyúcidas, por el norte, que era una dinastía de musulmanes sunitas (convertidos) desde el siglo X. Desde 1073 conquistan Israel, salvo Ashkelón. El Papa, desde Roma, los acusa y demoniza, especialmente porque en 1071 habían derrotado al Imperio cristiano Bizantino en la batalla de Manzerik. Los Selyúcidas imponen el nombre turco «gobierno»… Sultán. Los ataques verbales del Papa contra los Selyúcidas fomentarán las Cruzadas aunque al llegar estos, Israel volvía a estar gobernada por los Fatimíes.

En el Egipto (de los Fatimíes) se vivía una anarquia por las constantes disputas entre hermanos por el poder. En 1163, piden socorro a otros musulmanes en el norte, dirigidos por Nur Adin Zangui. Las fuerzas de Nur Adin la dirigen unos Kurdos, un tal Shirkuv y su primo “Saladino”. Los cruzados son expulsados y derrotados en Egipto (1163-1169) y Shirkuv es nombrado visir pero lo envenan los propios egipcios y Saladino es nombrado en su lugar, supuestamente, como parte del ejército de Nur Adin pero se van independizando cada vez más. Nur Adin Zangui y Saladino no eran parientes.

El Padre de Saladino era su consejero. En 1185, Saladino logra unificar todos los territorios musulmanes, incluyendo Damasco. Entre los cruzados, Baldwino IV es coronado, pero como tiene leprano va a dejar descendencia. Los cruzados se habían aprovechado de las disputas entre los musulmanes pero ahora los musulmanes se vuelven fuertes, otra vez, bajo el liderazgo de Saladino. El nisbe (nombre propagándistico) de Saladino era Al Malek A-Nasser Salaj Adin que significa “el rey de la justicia de la religión” aunque su nombre real era Yosef iben Ayub ya que era el hijo de Ayub… De allí los musulmanes Ayubitas.

En 1193 muere Saladino. Su reino y tierras son divididos entre sus hijos y hermanos lo que provoca disputas. Esa división es la que explica que los cruzados pudieran seguir viviendo en el Reino de Jerusalén, en una franja costera estrecha. El hermano de Saladino, El Malek El-Adel conquistará Siria y Egipto. Como el hermano y sus hijos son los dominantes en la dinastía comenzada por Saladino, se los conoce por el nombre del padre, Ayub… Los Ayubitas. La unidad musulmana que creó Saladino se destruyó y por eso los cruzados pueden sobrevivir ya que ocupan el papel de mediadores.

Tras caer Jerusalén en el 1244, Europa prepara la séptima cruzada pero los cruzados de Israel ya no quieren pelear más. El rey de Francia Luis IX es quien dirige. Luis también cree que si conquista Egipto, Israel caerá luego. Llega a Damieta, nuevamente, y en tres meses la conquista. Al escuchar lo que sucedió El-Salaj Ayub, de Egipto, se muere. Los Mamelucos, soldados profesionales, defienden a los ayubitas y derrotan a los cruzados en El Mansurá. Esta última cruzada provoca dos cosas: los Mamelucos se hacen muy indispensables entre los musulmanes y los Cruzados pierden fuerza para recuperar Israel.

El Salaj Ayub muere cuando los cruzados lo atacan en la séptima cruzada (dirigida por Luis IX de Francia). Los ayubitas nombran sucesor a su hijo, Turan Shan, quien humilla a los Mamelucos, aunque estos habían salvado a Egipto. Turan Shan es asesinado. En 1250, comienzan los Mamelucos a gobernar desde Egipto, hicieron una especie de golpe de hecho contra los Ayubitas. En Israel, los Mamelucos toman control desde 1260. Desde 1185, cuando Saladino logró unificar territorios bajo el dominio de los Ayubitas hasta 1250 que son derrocados por los Mamelucos, ese es el periodo de gobierno de la dinastía.

El gobernante ayubita El-Salaj Ayub muere cuando los cruzados lo atacan en la séptima cruzada (dirigida por Luis IX de Francia). Los ayubitas nombran sucesor a su hijo, Turan Shan, quien humilla a los Mamelucos, aunque estos habían salvado a Egipto y a su dinastía dos veces. Turan Shan es asesinado. En el 1250, comienzan los Mamelucos a gobernar desde Egipto tras hacer una especie de golpe de estado contra los Ayubitas. Los Mamelucos también eran musulmanes. En Israel los Mamelucos toman control desde 1260 y, un poco más de 30 años después, lograrán expulsar totalmente a los cruzados cristianos.

La palabra «Mameluco» puede traducirse como esclavo blanco o esclavo militar. Mulk significa propiedad y Mamluk es «quien fue comprado». El esclavo, en este caso, es por poco tiempo, ya que la persona es entrenada para ser militar y luego es liberada (ya musulmana). Es un fenómeno social y militar único en su tiempo. Hasta el siglo XIV la mayoría eran de origen turco, de los alrededores del Mar Caspio, que era una zona de beduinos provenientes, anteriormente, de Mongolia y que se extendieron desde Siberia hasta el Danubio. Una de estas tribus fueron los Kuzares, convertidos luego al judaísmo.

Los Mamelucos se pueden dividir en dos sub-dinastías que gobernaron entre 1250 hasta su final en 1517. La primera dinastía Mameluca que gobernó Egipto, desde 1250 hasta 1382 fueron los Bahríes. Su nombre proviene de «bhar» (que significa río) por tener sus cuarteles en una isla del Nilo. El más destacado de estos gobernantes fue Baibars, que conquistó Israel y expulsó a los cristianos cruzados de Acco. La rama circasiana de los mamelucos que gobernó Egipto desde 1382 hasta 1517, tenían su nombre de la palabra «bury» (que significa torre), pues sus cuarteles estaban en la fortaleza de El Cairo.

Los Mamelucos pierden el poder porque fueron conservadores y no supieron adaptarse. Cuando tenían problemas económicos subían los impuestos y desarrollaban monopolios provocando que los rivales desarrollasen alternativas más baratas (como hicieron los comerciantes portugueses). Desde el punto de vista militar ellos NO adoptaron el uso de armas de fuego. Creían que «solamente las mujeres mataban desde lejos». Los Mamelucos seguían siendo «jinetes con espadas». Desde el año 1300 venía ascendiendo la dinastía musulmana Otomana en Turquía, ellos si usaban armas de fuego y hasta cañones… En 1501 sube al poder Mameluco Al-Ashraf Qansuh al-Ghawri, el anteúltimo gobernante dinástico Mameluco.

El Imperio Otomano fue un estado multiétnico y multiconfesional gobernado por una dinastía, la Osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos, aunque los gobernantes Osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su estado. El Imperio Otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio Selyúcida. Los turcos Otomanos fueron controlando, paulatinamente, desde el año 1300, a los demás estados turcos, sobrevivieron a las invasiones mongolas y bajo el reinado de Mehmet II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba del Imperio bizantino (conquistaron Constantinopla).

¿Cómo se elegía al sucesor de un Sultán Otomano? Cuando un heredero tenía 9 años lo destinaban como gobernador a una provincia, eran educados por un educador-guía que le enseñaba a gobernar. Cuando el Sultán fallecía no se les avisaba a sus hijos. Cuando los hijos se enteraban que su padre había muerto, ellos se subían a un caballo y corrían hacia la capital para tomar el poder. El primero que llegaba era coronado y tenía que matar a sus hermanos. Lo que los Otomanos decían era: “Es preferible que caiga poca sangre que mucha en guerras por el poder”.

¿Cómo se defendían los Otomanos? ¿Tenían un ejército? Se crea una institución de enrolamiento de niños y jóvenes «no musulmanes». Una vez cada cinco años se emitía un Debshirme, «enrolamiento» y todo pueblo no musulmán tenía que dar una cantidad de soldados. Al principio los padres se negaban pero estos niños terminaban cobrando buenos sueldos y ocupando importantes cargos. Se conocen como Yenicheris (nuevo soldado). El proceso de entrenamiento terminaba en conversión al islam. A diferencia de los Mamelucos, los Yenicheris no eran caballería sino infantería y tampoco eran soldados comprados como esclavos sino que eran entregados por padres obligados.

Entre 1839-1876 se produjo un período conocido como la «Época de Tanzimat» que reconoció la igualdad a todos los habitantes del Imperio otomano, pasando de una era de «súbditos» a otra de «ciudadanos», con derechos y libertades fundamentales protegidos por la ley. Bajo el pretexto de protección a las minorías religiosas del Imperio (cristianos de toda denominación, y judíos), los diplomáticos europeos empezaron a exigir, cada vez más, mayores concesiones del gobierno otomano, llegando a establecer derechos de extraterritorialidad para sus súbditos, reduciendo la autonomía de las autoridades otomanas en su propio territorio. Iglesias y monasterios se multiplicaron en Israel.

Tras la derrota de los Imperios centrales en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el Imperio otomano (gravemente socavado por la Rebelión Árabe apoyada por Gran Bretaña) se desplomó en el desorden. El primer presidente de la República de Turquía, Kemal Atatürk, abolió el sultanato en 1922, dentro de su proceso de reformas y modernización y declaró la renuncia a la idea imperial, lo que constituyó de hecho el fin del Imperio otomano. La tierra de Israel volvió a llamarse Palestina y se implementó el Mando Británico que se comprometió a cumplir (Conferencia de San Remo) la Declaración Balfour de 1917.