En septiembre 1970, el presidente egipcio Nasser murió de un ataque al corazón y Anwar El-Sadat fue nombrado para sucederlo. Sadat era considerado en Israel como un líder gris, carente de energía y carisma, reafirmando aún más la «sensación de seguridad» israelí. Entre 1971-1972 Sadat trató de iniciar, con el respaldo estadounidense, acuerdos diplomáticos provisionales para recuperar el Sinaí pero Israel no consideraba dichas intenciones como «sinceras» a la luz de los constantes ataques impulsados desde El Cairo. Sadat ordenó a sus comandantes planificar la operación «Granito» para recuperar el Sinaí. A la vez, convenció a los sirios para combatir.

El objetivo de Siria era ocupar todos los Altos del Golán y, también, ir más allá. Los egipcios creían a la luz de la superioridad aérea y tanquista israelí y, teniendo en cuenta que el ejército egipcio no podría mover sus sistemas antiaéreos rusos en las profundidades del Sinaí, el objetivo sería centrarse y fortificar posiciones a 10 km al este del Canal de Suez, con ataques tácticos hacia posiciones israelíes en las montañas aledañas. Este plan egipcio, que era más moderado que el sirio, le fue ocultado tanto a la Unión Soviética (su potencia aliada) como a los sirios.

En septiembre 1973 se produjo un combate aéreo entre Siria e Israel. En la batalla, 13 aviones sirios fueron destruidos y un avión israelí fue derribado. Todo confirmaba que la superioridad israelí era terminante por lo que pensar en una opción militar resultaba absurdo. Tras este enfrentamiento se produjo un reagrupamiento de fuerzas árabes en el norte y en el sur. Israel entendió estos movimientos militares como una consecuencia de la batalla en Siria. Durante estos días, Siria y Egipto acordaron secretamente que saldrían a una guerra conjunta contra Israel. El reino de Jordania prefirió, esta vez, mantenerse al margen.

La Inteligencia Militar israelí («Aman») evaluó las probabilidades de guerra en 1973. Primero, supuso correctamente, que Siria no iría a la guerra sin Egipto. En segundo lugar, el departamento fue informado por el espía del Mossad Ashraf Marwan, hijo político del ex-presidente Nasser, que aunque Egipto quería recuperar todo el Sinaí, no iba a ir a la guerra hasta que le fueran suministrados los cazabombarderos MiG-23 para neutralizar la Fuerza Aérea de Israel, y los misiles Scud, para ser utilizados contra ciudades israelíes como un elemento de disuasión contra los ataques israelíes a la infraestructura egipcia. Allí estaba el error.

Al menos nueve países árabes, entre ellos cuatro naciones que no son del Oriente Medio, colaboraron activamente con el empeño bélico de Egipto y Siria. Unos pocos meses antes de la guerra del Yom Kipur, Irak transfirió un escuadrón de aviones caza a Egipto. Durante la guerra, una división iraquí de unos 18.000 hombres y varios cientos de tanques fueron emplazados en el Golán Central y participaron en el ataque del 16 de octubre contra posiciones israelíes. Los Migs iraquíes comenzaron a operar sobre las Alturas de Golán desde el 8 de octubre 1973, el tercer día de la guerra.

¡Egipto y Siria no combatieron solos! Además de servir como aseguradores económicos, Arabia Saudita y Kuwait enviaron hombres al frente de batalla en la Guerra de Yom Kipur. Una brigada saudita, de casi 3.000 hombres, fue despachada a Siria, donde participó a lo largo de las aproximaciones a Damasco. También Libia, violando la prohibición de París de transferir armamentos de fabricación francesa, envió aviones de combate Mirage a Egipto (de 1971 a 1973, el presidente libio Muhamar Qaddafi le dio a Egipto más de 1.000 millones de dólares en ayuda para rearmarse y pagarle a los soviéticos por armas entregadas).

¡Egipto y Siria no combatieron solos en la Guerra de Yom Kipur! Argelia envió tres escuadras de aviones cazas y bombarderos, una brigada blindada y 150 tanques. Aproximadamente de 1.000 a 2.000 soldados tunecinos se posicionaron en el delta del Nilo. Sudán estacionó 3.500 soldados en el sur de Egipto, y Marruecos envió tres brigadas a las líneas del frente, incluidos 2.500 hombres a Siria que lucharon en el Golán. El Líbano también permitió que terroristas palestinos bombardearan asentamientos civiles israelíes desde su territorio. Las unidades de radar libanesas fueron usadas por las fuerzas de la defensa aérea de Siria.

Los palestinos lucharon en el frente sur junto a los egipcios y a los kuwaitíes. El participante menos entusiasta en la contienda de octubre fue probablemente el rey Hussein de Jordania, a quien «aparentemente» no habían mantenido informado de los planes de guerra egipcios y sirios. Hussein envió dos de sus mejores unidades a Siria. Esta fuerza se posicionó en el sector sur, defendiendo la ruta principal Amán-Damasco y atacó posiciones israelíes a lo largo de la carretera de Kuneitra-Sassa el 16/10/1973. Tres baterías de artillería jordanas también participaron en el asalto inicial, llevando a cabo cerca de 100 tanques.

A pesar del principio de diálogo indirecto entre Israel y Egipto, en 1972 Sadat dijo que la guerra era inevitable y que se preparaba para sacrificar «un millón de soldados en la confrontación con Israel». Su amenaza no se materializó ese año. A lo largo de 1972, y parte de 1973, Sadat amenazó con la guerra a menos que obligaran a Israel a aceptar su interpretación de la resolución 242: total retirada de los territorios tomados en 1967. Simultáneamente, el líder egipcio llevó a cabo una ofensiva diplomática entre los estados europeos y africanos para ganar apoyo para su causa.

¿Sadat quería paz con Israel antes de 1973? Tonterías. Sadat apeló a los soviéticos para presionar a Estados Unidos y para que le proporcionaran a Egipto más armas ofensivas para cruzar el canal de Suez. La Unión Soviética rechazó las demandas de Sadat (quería el status quo). La respuesta de Sadat fue expulsar, abruptamente, cerca de 20.000 asesores soviéticos de Egipto. En una entrevista en abril de 1973, Sadat advirtió, otra vez, que él renovaría la guerra con Israel. Pero era la misma amenaza que había hecho en 1971 y en 1972, y la mayoría de los observadores permanecieron escépticos.

Estados Unidos convino con Israel que Egipto debía entablar negociaciones directas en vez de tratar de imponer «su» visión unilateral de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU. La tregua auspiciada por Estados Unidos tenía tres años (desde 1970) y el Secretario de Estado Henry Kissinger impulsaba en la ONU, un nuevo diálogo en favor de la paz. Anwar El-Sadat rechazó la iniciativa de Kissinger: «Estados Unidos sigue estando bajo presión sionista. Los lentes que Estados Unidos usa son lentes enteramente sionistas, que lo ciegan completamente a todo, excepto a lo que Israel quiere. No aceptamos eso».

El rey Hussein de Jordania se había reunido con Sadat y Assad en Alejandría dos semanas antes de la guerra de 1973. Por lo visto, no le contaron los planes específicos de la guerra. En la noche del 25 de septiembre, Hussein en secreto voló a Tel Aviv para advertir a la Primer Ministro israelí, Golda Meir, sobre un ataque sirio inminente. «¿Van a la guerra sin los egipcios?, preguntó la señora Meir. El rey dijo que no lo creía. «Creo que [egipcios] cooperarán». Esta advertencia fue ignorada y Aman concluyó que el rey no le había dicho nada desconocido.

A las 14:00 del 6/10/1973 comenzó el ataque sorpresa («Operación Bader») con un gran ataque aéreo. Más de 200 aviones egipcios realizaron ataques simultáneos contra tres bases aéreas, baterías de misiles Hawk, tres centros de comando, posiciones de artillería y varias instalaciones de radares israelíes. El asalto aéreo fue acompañado por una andanada de más de 2.000 piezas de artillería por un período de 53 minutos contra la línea Bar-Lev (que estaba casi vacía por ser Yom Kipur). El autor Andrew McGregor afirmó que el éxito del primer ataque egipcio contra Israel negó la necesidad de una segunda arremetida planificada.

Los egipcios intentaron aterrizar varias unidades aerotransportadas en diversas áreas en el Sinaí para obstaculizar la llegada de las reservas israelíes. Este intento fue un desastre ya que los israelíes derribaron hasta veinte helicópteros, causando muchas bajas. La mañana del 7/10/1973, unos 850 tanques habían cruzado el canal. En su descripción de la guerra, Saad El-Shazly señaló que para la mañana del 7/10/1973, los egipcios habían perdido 280 soldados y 20 tanques, aunque este registro no queda del todo claro. La mayoría de los soldados israelíes defensores de la línea Bar-Lev murieron, fueron heridos y unos 200 fueron hechos prisioneros.

En los Altos del Golán, los sirios atacaron (6/10/1973) dos brigadas israelíes y once baterías de artillería con cinco divisiones y 188 baterías. Los sirios atacaron con alrededor de 100 aviones y una descarga de artillería por 50 minutos. En el inicio de la batalla, las brigadas israelíes contaban con 3000 soldados, 180 tanques y 60 piezas de artillería contra tres divisiones de infantería sumando 28.000 soldados sirios, 800 tanques y 600 piezas de artillería. Los comandos sirios lanzados desde helicópteros tomaron el bastión israelí del Monte Hermón, que tenía una variedad de equipos de vigilancia. Así comenzó la guerra.

Los tanques sirios estaban equipados con gafas de visión nocturna y golpeaban con precisión. Los israelíes tenían que permitir que los sirios avanzaran lo suficientemente cerca y luego allí abrían fuego. Cada vez que los tanques sirios penetraban las líneas israelíes, los artilleros israelíes giraban inmediatamente sus torretas y los destruían antes de volver su atención a otros tanques que se aproximaban. El comandante de tanques israelí Avigdor Kahalani alineó sus tanques e inició una lluvia de disparos hacia el valle más allá de su posición, haciéndoles creer a los sirios que se enfrentaban a un ataque masivo de tanques.

Una vez que la cabeza de puente israelí sobre Suez estuvo instalada, Leonid Brezhnev, consciente que las fuerzas árabes habían perdido, solicitó al Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que ambos intervinieran conjuntamente para solicitar un alto el fuego inmediato. El 20/10/1973, fuerzas israelíes estaban en la ruta que unía Suez con El Cairo tratando de rodear al Tercer Ejército egipcio. El 21/10/1973, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de manera urgente con una propuesta conjunta de Estados Unidos y la Unión Soviética, aprobando la Resolución 338. Así comenzaba a terminar la Guerra de Yom Kipur.

La Guerra de Yom Kipur de 1973, demostró nuevamente que los enemigos árabes se podían permitir perder una guerra tras otra sin que su existencia se viera amenazada y sin poner en peligro a su población civil. Pero si Israel perdía una sola guerra, podría esto significar el fin del estado judío, la masacre de su población civil y el traslado de los sobrevivientes fuera de su país. Tal vez esta realidad fue la que motivó a los soldados israelíes a luchar intensamente en defensa de su país. Moshé Dayan, Ministro de Defensa, dijo «el tercer templo está en peligro».

La Guerra de Yom Kipur fue un duro golpe emocional para Israel aunque militarmente hablando, Israel logró una milagrosa victoria aventajando la superioridad egipcio-siria en temas de misiles tierra-aviones. Preguntado por Golda Meir, Sadat explicó (en su visita a Israel en 1977) que había atacado a Israel en 1973 ya que, de lo contrario, él iba a tener que llegar a Israel de rodillas en vez de negociar de igual a igual. En Israel comenzaron a conformarse sendos movimientos de protesta contra el «Mejdal» (el bochornoso fracaso), movimientos que terminaron por llevar a la oposición del Likud al poder (1977).

Egipto sintió que moralmente se resarcía de las humillantes derrotas anteriores, por fin podía asestarle un golpe a Israel para que lo tomaran en serio, restableciendo un «cierto equilibrio simbólico» con Israel. Esto facilitó que el principal país árabe se alejase de las tesis soviéticas y se acercase más a las de EE.UU., mientras que Siria mantuvo su vinculación a la URSS. La aproximación de Egipto al mundo occidental favorecería diversos acuerdos con Israel (Sinaí I y Sinaí II), que culminaron en los acuerdos de Camp David unos años después. En 1977 Sadat visitó Israel facilitando el acuerdo de paz.

Las implicaciones internacionales de la Guerra de Yom Kipur fueron mucho más allá del ámbito político: el embargo petrolero a Occidente y la rebaja de la producción de los países árabes productores de petróleo, en represalia por su respaldo a Israel, desencadenó la drástica subida del crudo y una crisis en las economías industrializadas tras casi tres décadas de crecimiento ininterrumpido. Paradójicamente, Israel no sufrió esta crisis de suministro gracias a algunos pozos que conservó en el Sinaí. En la ONU, se conformó un bloque automático de países islamo-fascistas y países no alineados que votaban contra Israel. Estos aún coactúan.

En la Guerra de Yom Kipur, 2.688 israelíes perdieron la vida y otros 7.251 fueron heridos. Cayeron cono prisioneros 294 soldados y fueron derribados 102 aviones de combate. 1.063 tanques sufrieron daños y 407 de ellos quedaron fuera de circulación. Si sumamos los datos de Egipto y de Siria (no facilitados por ellos) se calcula que murieron 20.000 personas y otros 35.000 sufrieron heridas. Fueron tomados 8.811 prisioneros y fueron derribados 555 aviones de combate. Fuera de eso, 2.250 tanques fueron inmovilizados, 570 cañones, 43 baterías misiles tierra-aire y 18 barcos de combate. Territorialmente, no hubo grandes modificaciones de fronteras.

Las Resoluciones del Consejo de Seguridad 242 y 338 piden a Israel su retirada de “territorios” como parte de un acuerdo de paz. Israel, Estados Unidos y quienes redactaron la resolución entienden que esta disposición parte de un acuerdo de paz, que implica la retirada de Israel de los territorios y sería en forma consistente con sus necesidades de seguridad. Según Obama, las negociaciones debían basarse en la línea de cese de fuego de 1949. Sin embargo, los palestinos y otros estados miembros de la ONU continúan usando dichas resoluciones para exigir que Israel renuncie totalmente a Judea y Samaria.

Debido a la Guerra de Yom Kipur, en octubre 1973, el Consejo de Seguridad utilizó un lenguaje más fuerte (Resolución 338): llama a las partes interesadas a comenzar, inmediatamente después del alto al fuego, la implementación, en todas sus partes, de la Resolución 242 (1967) del Consejo de Seguridad. Decide que, al mismo tiempo que el cese el fuego, deberán comenzar las negociaciones entre las partes interesadas bajo los auspicios apropiados, encaminados a establecer una paz justa y duradera en el Medio Oriente. Estos documentos enmarcan la celebración del Tratado de Paz Israelo-egipcio de 1979 y el Israel-Jordania de 1994.

La Resolución 338 aprobada el 22 de octubre de 1973, durante la Guerra del Yom Kipur, recomienda el cese al fuego y que comiencen las negociaciones entre Israel y sus vecinos árabes sobre la premisa de Tierra-por-Paz establecida en la Resolución 242. Al hacer un llamado a los estados árabes para que terminen su guerra con Israel y se comprometan a participar en conversaciones directas de paz, la ONU creó el marco para futuras negociaciones. La resolución 338 es una continuación de las premisas de la resolución 242 de 1967. Nunca se exigió la retirada israelí total de toda Cisjordania.

Una nueva resolución del Consejo de Seguridad (339) reunido a petición del Presidente Sadat exigió a las partes volver a la situación del 21/10/1973, aunque Israel hizo caso omiso, continuando la guerra. La Unión Soviética, viendo perder a sus socios árabes, movilizó a parte de su flota en el Mediterráneo (entre ellos dos portahelicópteros) y varías divisiones de paracaidistas junto con los aviones de transporte y lanzamiento correspondientes, bajo la amenaza expresa a Estados Unidos de desplegar tropas propias para poner a salvo al Tercer Ejército si Israel continuaba la ofensiva. Estados Unidos, por su parte, declaró la alerta nuclear.

El Tercer Ejército egipcio inició una maniobra para levantar el bloqueo el día 26 de octubre de 1973 pero le fue imposible. Ese mismo día, Estados Unidos exigió a Israel el fin inmediato de las operaciones y que permitiese la llegada de un mínimo de suministros al Tercer Ejército, todo ello a cambio de que serían las posiciones del día 26/10/1973 y no las fijadas en la Resolución 338 (que eran las del 22/10/1973) las que se tendrían en cuenta en las futuras negociaciones. Desde el 22 al 26, Israel había mejorado mucho su posición colocando el jaque El Cairo.

El 6/10/1973, el Yom Kipur, el día más santo del calendario judío, Egipto y Siria comenzaron un ataque coordinado por sorpresa contra Israel. El equivalente de las fuerzas totales de la OTAN en Europa se movilizó sobre las fronteras de Israel. En las Alturas de Golán, aproximadamente 180 tanques israelíes se enfrentaron a la embestida de 1.400 tanques sirios. A lo largo del canal de Suez, menos de 500 defensores israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios. Israel movilizó sus reservas y finalmente rechazó a los invasores y llevó la guerra bien dentro de Siria y de Egipto. Entonces ¿Quién atacó?

La Unión Soviética, la potencia que instigó y armó a los árabes para que atacasen a Israel, tenían un Secretario General Soviético llamado Leonid Brezhnev, quien el 9/10/1973, a poco días de comenzar la guerra que iniciaron Siria y Egipto, dijo: «La responsabilidad por la nueva conflagración militar en el Medio Oriente recae completamente sobre los líderes de Tel Aviv, Israel continua la agresión contra los países árabes que empezó en 1967». Si hay algo que destaca y caracteriza a los comunistas como Brezhnev y a otros tantos actuales es su fundamentalismo casi religioso para defender causas inmorales y agresivas.