El 4/4/1920, durante las fiestas de Nebi Mussa, en la mezquita ubicada en el desierto de Judea, el Mufti de Jerusalén Amin Al-Husseini y Aref El-Aref brindaron un sermón que provocó que masas árabes corriesen hacia la Ciudad Vieja de Jerusalén gritando «Itbaj Al-Yehud» (masacremos a los judíos) junto a «A-Daula Maana» (el gobierno – británico – está con nosotros). Las fuerzas policiales británicas habían abandonado la ciudad unos días antes e incluso algunos de ellos que se quedaron en la ciudad se unieron a las matanzas junto a otros policías árabes. Los judíos debían decidir: defenderse o ser asesinados.

Durante las matanzas árabes contra los judíos de 1920 en Jerusalén fueron asesinados 7 judíos y otros 250 sufrieron heridas. Mujeres que fueron acorraladas por los matones árabes musulmanes fueron violadas y muchas propiedades de los judíos de la Ciudad Vieja fueron incendiadas y dañadas. Las matanzas en Jerusalén cesaron tras 4 días (entre el 4 al 7 de abril). Irónicamente, las autoridades británicas detuvieron a miembros de la Haganá (Defensa) y a Zeev Jabotinsky, su organizador, que habían intentado defender a los atacados. Zeev Jabotinsky fue sentenciado a 15 años de cárcel aunque recibió una amnistia tras 3 meses.

Como parte de los Disturbios y matanzas árabes contra los judíos del año 1920, fueron atacadas las colonias judías ubicadas en la frontera de lo que hoy se conoce como Siria-Líbano y que, por aquellos años, se estaba definiendo por dónde pasaría la frontera entre el Mandato Británico y los terrenos dominados por Francia. En marzo de 1920, comandos árabes atacaron el norte de Israel, especialmente Tel-Jai, matando a Yosef Trumpeldor junto a sus últimos 7 hombres en la defensa. En honor a estos 8 muertos de 1920, se fundó la ciudad de Kiryat Shmoná (la ciudad de los ocho).

La Comisión Palin, una comisión de investigación británica que llegó a la región para examinar las razones que causaron los Desmanes en mayo de 1920, aseguraba que  la violencia fue provocada, según Palin, por (a) la decepción árabe ante el incumplimiento de las promesas de independencia, que según ellos se les había dado durante la Primera Guerra Mundial, (b) la Declaración Balfour (1917) que según los árabes implicaba una negación del derecho a la libre determinación árabe, (c) la propaganda pan-árabe del emir Feissal, como rey de la reunificada Siria, y la impaciencia de los judíos por lograr sus objetivos…

Los Disturbios de Yafo o Desmanes de 1921 fueron varios días de disturbios y asesinatos, que tuvieron lugar durante el Mandato Británico de Palestina, entre el 1 al 7 de mayo de 1921. El 1/5/1921 el «Partido Comunista Judío» celebró un desfile en Yafo para conmemorar el Día de los Trabajadores. El partido había distribuido folletos en árabe e idish durante la noche anterior, donde se pedía derrocar el dominio británico. No les sirvió de nada esa ideología universalista y anti-imperialista, los judíos fueron atacados por los árabes, quienes asesinaron cruelmente a 45 judíos mientras que otros 146 fueron heridos.

El Día del Trabajador (1/5/1921), docenas de testigos británicos, árabes y judíos informaron que muchos hombres árabes, portando cuchillos, espadas y pistolas irrumpieron en edificios de judíos, matando a sus habitantes. Las mujeres árabes saqueaban los hogares de judíos. Destruyeron casas y tiendas de judíos, golpeando a los judíos en sus hogares, incluidos niños y, en algunos casos, se les abrió el cráneo a las víctimas. Resultaron asesinados 45 judíos y otros 146 fueron heridos, mientras que las bajas árabes escalaron a los 48 muertos con 73 heridos debido al enfrentamiento con las fuerzas británicas que intentaban restablecer el orden.

Al igual que los Desmanes de 1920, la turba árabe destrozó los edredones y almohadas de sus víctimas, como hacían en los pogroms de Rusia, provocando las famosas «nubes» de plumas. Algunos árabes defendieron a los judíos y les concedieron refugio en sus hogares siendo que muchos testigos identificaron a sus agresores y asesinos como sus vecinos. Varios testigos dijeron que también habían participado policías árabes. Resultaron asesinados 45 judíos y otros 146 fueron heridos, mientras que las bajas árabes escalaron a los 48 muertos con 73 heridos debido al enfrentamiento con las fuerzas británicas que intentaban restablecer el orden.

Para calmar las matanzas árabes contra los judíos en 1921, el Alto Comisionado británico Herbert Samuel declaró el estado de emergencia, impuso censura en la prensa y pidió refuerzos desde Egipto. Samuel se reunió con Musa Al-Husseini, que había sido destituido como alcalde de Jerusalén, por participar en las matanzas del año anterior, quien solicitó el fin de la inmigración judía. Samuel asintió, y a dos o tres pequeñas embarcaciones que llegaban con 300 judíos se les negó el permiso de desembarco, viéndose obligados a regresar a Estambul. Paralelamente, Amin Al-Husseini, sobrino del otro, fue nombrado Gran Mufti de Jerusalén.

Los Desmanes árabes de 1929 causaron otra nueva ola de violencia, esta vez fomentada, principalmente, por el Mufti de Jerusalém. Fueron una serie de ataques acaecidos a finales de agosto de 1929, cuando una prolongada disputa entre musulmanes y judíos por el acceso al Muro de los Lamentos, en Jerusalén, desembocó en actos violentos. Durante esa semana de disturbios, por lo menos 133 judíos fueron asesinados y 116 árabes perdieron la vida. Otros 339 seres humanos fueron heridos. Al igual que en la actualidad, los musulmanes incitaron a las masas acusando a los judíos de querer robar lugares santos musulmanes.

El Mufti de Jerusalén Amin Al-Husseini ordenó, en agosto de 1929, abrir el extremo sur del callejón que cruzaba el Muro. El antiguo callejón sin salida se convirtió entonces en un paso que iba desde el Monte del Templo hasta dentro del área de oración del lugar. Las mulas pasaban por esa calle estrecha, a menudo tirando excrementos y molestando a los judíos que iban a rezar al lugar santo. Esto, junto con otros proyectos de construcción musulmana en la zona y el acceso restringido al Muro, provocó la protesta de los judíos ante los británicos pero estos permanecieron indiferentes.

La Matanza de Hebrón fue un pogrom que se inició el 23/8/1929 y fue perpetrado por una masa de árabes palestinos armados con bastones y cuchillos que se agruparon para asesinar a los judíos de Jerusalén y de sus alrededores, desde donde se extendió al resto del territorio del Mandato Británico. La comunidad judía de Hebrón, que habitaba allí desde siglos, fue destruida. Los supervivientes se vieron obligados a huir y sus bienes fueron ocupados por los árabes hasta después de la Guerra de los Seis Días (1967). Tras la guerra, algunos judíos regresaron a la ciudad para reasentarse allí.

El balance de muertos por los Desmanes de 1929 fue de 133 judíos asesinados por árabes y 110 árabes muertos por la policía británica mientras intentaban sofocar la revuelta y 6 ó 7 árabes (dependiendo de las fuentes) asesinados por judíos. El efecto de la tragedia fue muy profundo: acabó con la presencia judía en Hebrón y supuso un punto de inflexión irreversible en las relaciones entre judíos y árabes en Palestina. También afectó al enfoque de Gran Bretaña, que lejos de mostrarse firme frente a los asesinos árabes, empezó a cuestionarse la viabilidad del proyecto sionista en Eretz Israel.

La Gran Revuelta Árabe fue una rebelión en protesta contra la inmigración y la compra de tierras por parte de los judíos durante los años 1936-1939 en el Mandato Británico de Palestina. Los árabes decidieron atacar y rebelarse justamente contra los británicos, acusándolos de favorecer a los judíos. En el camino, como en otras tantas ocasiones, los árabes también asesinaron judíos. La sublevación no tuvo éxito, pero mostró su influencia a lo largo de la Guerra de Independencia de Israel en 1948 ya que debilitó mucho la capacidad militar y el incentivo árabe local (palestino) para salir a una guerra.

En abril 1936, los dirigentes árabes del Mandato Británico, liderados por Haj Amin al-Husseini, Gran Mufti de Jerusalén y, posteriormente, gran aliado árabe palestino del nazismo, declararon una huelga general para protestar contra la inmigración judía a Palestina y acabar con ella. Según el Ministerio israelí de Absorción e Inmigración, entre 1933-1936, más de 160.000 inmigrantes arribaron legalmente a Israel y miles de personas llegaron clandestinamente. Según Chaim I. Waxman, en 1931-1939 llegaron 225.000 personas. En 1931, la población total de Palestina era de 1.011.000 personas, de las que unas 174.000 eran judías, es decir 17% de la población total.

La rebelión árabe 1936-1939 tuvo dos fases. La primera se centro en huelgas y protestas políticas. En octubre de 1936, esta fase ya había sido derrotada por la administración civil británica usando una combinación de concesiones políticas. La segunda fase, que se inició a finales de 1937, fue un movimiento de resistencia violenta y campesina contra las fuerzas británicas. Durante esta fase, la rebelión fue brutalmente reprimida por el ejército británico y la Fuerza de Policía Palestina utilizando medidas represivas que tenían la intención de intimidar a la población y a socavar el apoyo popular a favor de la sublevación.

Según cifras oficiales británicas, que registraron la revuelta árabe 1936-1939, el ejército y la policía mataron a más de 2.000 árabes en combate, mientras que 108 fueron ahorcados y otros 961 murieron a causa de lo que describieron como «pandillas y actividades terroristas». En un análisis sobre las estadísticas británicas, Walid Khalidi estimó que los árabes sufrieron 19.792 víctimas, con un total de 5.032 muertos (3.832 que fueron muertos por los británicos y otros 1.200 muertos a causa de «terrorismo»), con otros 14.760 heridos. Estas cifras son producto del enfrentamiento entre británicos y árabes, no entre árabes palestinos y judíos.

El árabe Walid Khalidi estimó que, durante la revuelta árabe 1936-1939, los árabes sufrieron 5.032 muertos (varios de ellos llegaron desde afuera para impulsar la revuelta) y la mayoría de estos fueron al enfrentarse contra los británicos. En la revuelta árabe murieron unos 200 británicos y otros 600 judíos, la mayoría de ellos asesinados por los árabes. En los últimos quince meses de la revuelta, entre 1938 hasta mitad de 1939, 236 judíos fueron asesinados por árabes y 435 árabes murieron a manos de judíos (al defenderse, principalmente, de los ataques árabes). Los muertos árabes fueron consecuencia del enfrentamiento árabe-ingles.

Para Israel la guerra de 1948 fue terrible. Muchas de sus tierras más productivas quedaron arruinadas, sus campos de cítricos que eran la base de la economía del Yishuv (comunidad judía) fueron, en gran parte, destruidos. Los gastos militares ascendieron a 500 millones de dólares. Y algo aún peor, 6.373 israelíes murieron, casi el uno por ciento de la población judía de los 650.000 habitantes. En los países árabes, casi 1.000.000 de judíos fueron expulsados o escaparon, perdiendo sus propiedades y desconectándose de sus amigos y familiares (Nakba judía). Ojalá los árabes hubieran aceptado la paz y el estado árabe.

Los judíos perdieron en la guerra de 1948 cerca de 6.000 personas (1% de su población), 2.400 de ellos civiles. El muerto más joven fue Nissim Guinai de 10 años que actuaba como vigilante dentro del barrio judío de Jerusalén. Se desconoce con exactitud el número de muertos árabes en 1948. Se supone que 2.000 egipcios, 1.000 sirios, 1.000 jordanos, 500 iraquíes, 500 libaneses y otros 3.000 árabes de Palestina… En total unas 8.000 personas. Aref El-Aref, quien también incluye los muertos provocados por disputas entre clanes árabes palestinos, cifra los muertos en 17.000 (13.000 de ellos árabes de Palestina).

Los judíos estaban pobremente preparados para la guerra de 1948. Debían enfrentar 5 ejércitos nacionales árabes. La Haganá poseía 6 divisiones (Golani, Guivati, Carmeli, Alexandroni, Kiriati y Etzioni) y otras 3 divisiones del Palmaj (Harel, Yftaj y Haneguev). Durante la guerra formaron otras tres divisiones y una pequeña fuerza aérea (fuerza 101). Israel comenzó la guerra con solamente 30.557 soldados y al final de la misma las fuerzas alcanzaron las 115.000 personas. Murieron 6.373 personas, unos 4.000 soldados y otros 2373 civiles judíos. Combatieron frente a 20.000 egipcios, 18.000 iraquíes, 5.000 sirios, 13.000 jordanos y otros… unos 64.200 atacantes árabes.

Los árabes palestinos ya arrastraban una tradición de violencia fratricida desde la guerra de 1948. Ellos denominan «Nakba» (catástrofe) a la creación de Israel pero quizás deberían destinar ese nombre a las masacres que se produjeron entre ellos cuando murieron unas 10.000 personas árabes palestinas por disputas entre «hermanos» (datos del árabe Aref El-Aref). Para comparar, enfrentando a Israel murieron unas 3.000 personas (en 1948). Cuando los árabes se masacran entre ellos no es noticia y nadie impone calificativos como «Nakba» pero cuando un judío se atreve a defenderse se organizarán semanas de solidaridad con los violentos que fueron derrotados.

Hagamos cuentas simples… el analista árabe Aref El-Aref asegura que durante la guerra de 1948, murieron 13.000 árabes oriundos de Palestina mientras que la cifra total de todos los muertos árabes alcanza los 17.000. Historiadores concuerdan que la cifra de muertos árabes palestinos en combate contra Israel llegó a las 3.000 almas por lo que los otros 10.000 murieron en las demostradas y registradas disputas entre clanes árabes de Palestina (Husseini y Nashashibi, entre otros). En suma, murieron mucho más árabes palestinos porque se masacraron entre ellos y murieron más de estos que aquellos que fallecieron combatiendo contra Israel (1948).

Los judíos perdieron en la guerra de 1948, 6.373 personas, 2.400 civiles. Se desconoce con exactitud el número de muertos árabes en 1948. Se supone que 2.000 egipcios, 1.000 sirios, 1.000 jordanos, 500 iraquíes, 500 libaneses y otros 3.000 árabes de Palestina… En total 8.000 personas. En la Guerra del Sinaí (1956), perdieron la vida 177 soldados israelíes. Se estima que perdieron la vida entre 1500 a 3000 soldados egipcios. En las dos primeras guerras entre Israel y los países árabes, en 1948 y 1956, murieron 6.550 israelíes frente, a máximo, 11.000 árabes. Cuando tú agredes, puedes perder… Así sucedió.

En la Guerra de los Seis Días (1967) murieron alrededor de 15.000 egipcios. El rey de Jordania declaró que 6.000 soldados jordanos murieron. Siria perdió 1.000 soldados. Del lado israelí murieron 779 soldados, en especial en el frente jordano. En la Guerra de Desgaste (1968-1969), en todos los frentes, murieron 1.424 israelíes. Fallecieron máximo 10.000 egipcios, 84 jordanos, 1.828 terroristas de la OLP y cientos de muertos sirios. Desde 1948 hasta 1969, contabilizamos 8.753 israelíes que perdieron la vida y 44.912 árabes. Debemos tener en cuenta que el agredido fue Israel y quien impuso la guerra fueron los árabes (perdiendo).

Según datos recogidos por la ONG israelí, de izquierda, Betzelem, entre 1987, fecha que comienza la Primer Intifada y 1993, año que se firma el Acuerdo de Oslo, murieron 1.162 palestinos a manos de soldados del ejército israelí, parte de ellos al atacar a civiles. Entre el comienzo de la Intifada de 1987 hasta el comienzo de la Segunda Intifada del 29/9/2000 murieron 1.376 palestinos, de los cuales 281 eran menores de 17 años. Según Betzelem, murieron 160 israelíes (100 civiles y 60 militares). Durante esa primera Intifada también murieron otros 1.000 palestinos asesinados por los propios palestinos (conflictos internos).

Entre 1920-1939, en los desmanes y matanzas árabes palestinas contra los hebreos contabilizamos 808 judíos asesinados y 613 árabes muertos. El siguiente enfrentamiento directo entre palestinos e israelíes ocurrió en la Primera Intifada, entre 1987 hasta la firma del Tratado de Oslo. En ésta, perdieron la vida 1.162 palestinos y otros 160 israelíes. En los enfrentamientos directos citados, murieron 1.769 árabes palestinos y 974 israelíes. Es verdad, palestinos perdieron la vida atacando a Israel en 1948 (Israel perdió más de 6.000 personas y los palestinos 3.000). Solamente un perturbado mental argumentaría que entre 1920-1993 hubo un genocidio del pueblo palestino.

Desde la firma del Acuerdo de Oslo (1993) hasta el comienzo de la Segunda Intifada la cifra de muertos que ofrece la organización pro-palestina Betzelem es: 367 palestinos perdieron la vida, ya sea a manos de los soldados de Israel o por una acción de civiles israelíes. Buena parte de estos muertos fueron causados por atacar a israelíes. Frente a estos datos, 261 israelíes, civiles y militares, perdieron la vida, la inmensa mayoría de ellos tras ser atacados en atentados terroristas palestinos contra israelíes. La Jewish Library dice que entre 1993-2000 perdieron la vida 303 israelíes a manos de palestinos.

Entre 1920-1939, en los desmanes y matanzas árabes palestinas contra los hebreos contabilizamos 808 judíos asesinados y 613 árabes muertos. En la Primera Intifada, entre 1987 hasta la firma del Tratado de Oslo, perdieron la vida 1.162 palestinos frente a 160 israelíes. Desde Oslo hasta la explosión de la Segunda Intifada, 367 palestinos perdieron la vida y lo mismo ocurrió con 261 israelíes. Desde 1920 hasta la explosión de la Segunda Intifada en setiembre 2000 contabilizamos 1.229 israelíes y 2.142 palestinos muertos. Solamente un perturbado mental o un ignorante crónico argumentarían que entre 1920-2000 hubo un genocidio del pueblo palestino.

Durante la Segunda Intifada (2000 al 2004) perdieron la vida, en ataques contra soldados, en una centena de atentados terroristas, 1.030 israelíes, entre ellos el 70% eran civiles. Estos datos los ofreció el Shabak (Servicio de Inteligencia Interna de Israel). Los palestinos atacaban civiles, intencionalmente. Realizaron 138 atentados suicidas y ellos dispararon 450 cohetes Qassam contra civiles israelíes. El Shabak informó que, en ese mismo periodo de tiempo, perdieron la vida 959 terroristas, 292 menores implicados en atentados y, otros 360, que fueron asesinados por los propios palestinos. Además, el Shabak israelí detuvo a 6.005 palestinos, implicados en acciones terroristas.

La organización de izquierda Betzelem contabilizó los muertos de la Segunda Intifada hasta enero del 2005. Según Betzelem, los palestinos les informaron que 3.189 murieron, según afirmaban, y la mitad eran civiles. Además, argumentaban que 34 murieron a manos de civiles israelíes y otros 159 por los propios palestinos. Betzelem dice que 649 civiles israelíes fueron asesinados y otros 301 militares perdieron la vida (10 extranjeros también murieron). El diario Haaretz, en agosto de 2004, publicaba que los palestinos afirmaban que habían muerto 2.736 palestinos pero el israelí Shabak aseguraba que eran 2.124 de los cuales 1.413 eran palestinos armados.

En la Segunda Guerra del Líbano (2006) perdieron la vida 121 militares y 44 civiles israelíes. Un total de 165 seres humanos. En el lado del Líbano, de acuerdo al gobierno del Líbano, murieron 300-450 civiles libaneses y 36 soldados libaneses más otros 500 (dice la ONU) a 700 (afirma Israel) soldados de Hezbollah y otros 9 soldados de otras organizaciones terroristas del Líbano. Paralelamente, los israelíes se enfrentaron a Hamás en Gaza, un israelí, en este combate, perdió la vida frente a 82 palestinos que perecieron, la mayoría armados. En este frente fue secuestrado el soldado israelí Guilad Shalit.

Un análisis objetivo de datos concretos revela que la proporción entre combatientes y civiles muertos en Gaza 2014 se acerca al 1-1. Cientos de civiles muertos no son motivo para celebrar, pero una proporción de bajas de 1-1 es una cifra notablemente baja para los estándares sombríos de la guerra contra terroristas que usan escudos humanos. Los esfuerzos de la coalición en Afganistán, por ejemplo, producen una proporción de 3 a 1 y de 4 a 1 en Irak. Dadas las tácticas islamistas de lanzar cohetes desde zonas densamente pobladas, el número de víctimas gazatíes podría haber sido infinitamente superior.

Durante su primer gran choque con Israel en 2008-09 (Plomo Fundido), por ejemplo, Hamás afirmó que menos de 50 de los muertos habían sido combatientes. Años más tarde, ellos reconocieron que el total había sido idéntico al reconocido por Israel: entre 600 y 700 combatientes islamistas muertos. Alrededor de la mitad. Es extraordinario que los periodistas no se dignen a expresar su habitual escepticismo y que adopten el guion de un grupo terrorista impenitente y poco fiable. Hamás ha sufrido un duro golpe en su última batalla contra Israel, pero también ha sufrido la credibilidad de los medios de comunicación.

Veamos un resumen con datos concretos y teniendo en cuenta que muchos de los muertos palestinos murieron por culpa de Hamás, que Israel desarrolló un sistema anticohetes y que avisaba a los palestinos antes de atacarlos para reducir víctimas inocentes. Recordemos que fue Hamás quien agredió a Israel. En Plomo Fundido (2008-2009), murieron de 1.166 a 1.300 palestinos y, según asumió Hamás, 700 de ellos eran militares. Paralelamente perdieron la vida 10 militares y 3 civiles israelíes. En Pilar Defensivo (2012) perdieron la vida 2 militares y 4 civiles israelíes, 87 militares palestinos y otros 90 no combatientes. Datos claros.

En la tarde del sábado 3/10/2015, dos israelíes fueron apuñalados hasta la muerte cerca de la Puerta de los Leones, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Ambos eran rabinos, uno había ido a rezar, con su joven familia, al Muro de los Lamentos… El otro, al presenciar el acuchillamiento que se estaba produciendo había llegado para salvar y proteger a dicha familia, la cual él desconocía. Ambos eran fácilmente identificables como judíos (eran ortodoxos). Este atentado puede ser considerado el principio de la “Intifada de los Cuchillos”, otra ola de atentados terroristas palestinos contra los judíos en los últimos años.

Los ataques de la “Intifada de los Cuchillos” se caracterizaron también por su brutalidad, salvajismo y aleatoriedad, con el uso intencional de un cuchillo, a fin de importar un nuevo e implacable modus operandi para la masacre de judíos… El mensaje difundido era que: “todos los israelíes, ni ellos, ni sus hijos, volverán a ser capaces de vivir en esta tierra en paz”. Este mensaje era emitido desde los medios palestinos, casi a diario, a veces varias veces al día, sobre todo para un público joven palestino como objetivo primordial. Un lavado de cerebro sistemático para asesinar civiles judíos inocentes.

La primera víctima mortal en esta nueva etapa de confrontación tenía 64 años, Alexander Levlovich, quien fue asesinado el 14 de septiembre de 2015 mientras conducía a casa para una cena familiar en el Año Nuevo judío, cuando piedras golpearon su coche y lo hicieron estrellarse. Tres jóvenes, dos de 18 años y uno de 17, fueron detenidos más tarde al este de Jerusalén, en Tzur Bajer. Ellos admitieron haber cometido el atentado. Al día siguiente, el 15 de septiembre, se produjo un tercer día de enfrentamientos en el Monte del Templo. Durante todos los ataques fueron asesinados 47 israelíes.

El 12/10/2015, los primos Ahmed y Hassan Manasra, de 13 y 15 años, apuñalaron a un hombre y a un niño israelí de 13 años de edad. Abbas dijo que el terrorista fue asesinado a sangre fría pero Ahmed Manasra apareció en el hospital Hadassa con heridas leves. Había mentido. Eso no impidió que el Secretario del Comité Ejecutivo de la OLP, Saeb Erekat, enviase una carta formal quejándose al enviado especial de la ONU, el 16 de octubre, exigiendo una investigación internacional sobre las «ejecuciones extrajudiciales que Israel está llevando a cabo contra los palestinos en las últimas semanas”.

Trece personas murieron en Israel, incluidos dos niños, una mujer india y dos hombres tailandeses que trabajaban en Israel. Para el 18/5/2021, el servicio de ambulancias de Magen David Adom había tratado 114 heridos relacionados con ataques con cohetes y otras 198 relacionadas indirectamente con dichos atentados. Tras el alto el fuego, fuentes de la ONU y del Ministerio de Salud de Gaza declararon que 256 palestinos habían muerto incluidos 66 niños y 40 mujeres y casi 2.000 heridos, de los cuales más de 600 eran niños y 400 mujeres. Israel asegura que 225 de los muertos eran terroristas armados.

También murieron un comandante de Hamás, identificado como Mohammed Abdullah Fayyad, así como tres comandantes de alto rango de la Yihad Islámica. Otro miembro de Hamás fue abatido el 11/5/2021. Las muertes de los cinco comandantes fueron confirmadas por declaraciones oficiales de ambos grupos. Más de 72.000 palestinos desplazados tras las advertencias israelíes de desalojar zonas desde donde Hamás disparaba contra Israel. Se estima que 1.042 viviendas y unidades comerciales, repartidas en 258 edificios, fueron destruidas y 769 unidades más sufrieron daños graves. Las FDI afirmaron que habían destruido 100 km del sistema de túneles subterráneos de Hamás, apodado Metro.

En los tres enfrentamientos Hamás-Gaza vs. Israel, en Plomo Fundido (2008-2009), Pilar Defensivo (2012) y Margen Protector (2014) murieron 3.617 palestinos, de los cuales 1.964 militares. Paralelamente, murieron 78 militares y 13 civiles… 91 israelíes. En total, desde 1920-2014 perdieron la vida 8.642 israelíes frente a 11.948 palestinos (incluyendo los muertos en la Guerra de la Independencia 1948). A la vez, un total de 11.385 árabes-palestinos fueron ejecutados por los propios palestinos… desde 1948-2014… Un número casi igual a los que perdieron la vida contra Israel. Seguramente la propaganda palestina tambien los cuenta a estos últimos como «asesinados por Israel».