Las relaciones entre Israel y la ONU

500 palabras que deberíamos saber sobre las relaciones entre Israel y las Naciones Unidas

La ONU fue fundada el 24/10/1945 por 51 países, con la firma de la Carta de las Naciones Unidas, en la ciudad de San Francisco al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Uno de los primeros países en ser incorporados a la ONU fue el Estado de Israel (59°), aceptado en 1949. En la ONU, el Consejo de Seguridad es el organismo encargado de mantener la paz y seguridad entre las naciones, a través de «resoluciones» que pueden comprometer a los Estados miembros y acarrear sanciones. La Asamblea General de la ONU (conformada por 193 Estados) únicamente está facultada para formular «recomendaciones» no vinculantes a los Estados.

Los estados árabes siguen impidiendo el ingreso de Israel al Grupo Asiático, grupo geopolítico que le corresponde. Como resultado, Israel solicitó admisión al Grupo de Europa Occidental y otros estados (WEOG) y en mayo de 2000 fue admitido a este grupo en Nueva York, pero no en Ginebra, la sede de varias de las organizaciones de la ONU. Por tanto, la participación de Israel en la ONU sigue siendo limitada y no puede ser parte en actividades con sede en Ginebra (los países son elegidos para Comisiones de acuerdo a una llave regional).

Con frecuencia, comités de la ONU con nombres aparentemente inofensivos se convierten en foros de sentimientos y ataques anti-israelíes. Es irónico que la ONU sea, frecuentemente, vista como un foro para la deslegitimación de Israel cuando esa institución tuvo un papel fundamental en el establecimiento del estado judío. La ONU aprobó el plan de partición de Palestina en 1947 pero la ONU no creó a Israel.

La influencia de la ONU sobre el conflicto árabe o palestino-israelí ha sido, especialmente, nefasta. A partir de mediados de los años 70′, el bloque árabe-soviético-tercer mundo se unió para formar lo que venía a ser un frente pro-palestino en las Naciones Unidas. Esto era, particularmente cierto, en la Asamblea General, donde estos países – casi todas dictaduras o autocracias – votaban juntas para aprobar centenas de resoluciones atacando a Israel y apoyando al terrorismo. La Asamblea General usualmente adopta resoluciones que intentan imponer soluciones sobre puntos críticos, tales como Jerusalén, las Alturas de Golán y los asentamientos judíos. Irónicamente, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU 242 y 338 proponen negociaciones bilaterales, que son refutadas, continuamente, por la Asamblea General.

Actualmente, la ONU no ha desempeñado un papel útil en la resolución del conflicto árabe-israelí. El objetivo de los palestinos y sus aliados es explotar la Asamblea General de la ONU, un lugar en donde cuentan con mayoría absoluta (una alianza islamofascista apoyada por los países no alineados), y de esta forma borrar la legitimidad a la existencia del estado judío. Al secuestrar la agenda de la ONU, la desprestigian y el mundo no confronta los problemas a los que se enfrenta la humanidad, como la guerra en Siria o las violaciones de derechos humanos mundiales.

El trato grosero contra Israel en la ONU, y, especialmente, en la Asamblea General, es indiscutible.