El antisionismo como antisemitismo

­­500 palabras que deberíamos saber sobre en antisionismo como antisemitismo

El sionismo es el movimiento de liberación nacional del pueblo judío. El antisionismo es el movimiento de oposición al sionismo y, por tanto, a la existencia de Israel como Estado independiente y soberano. La crítica razonada a las políticas concretas que el Estado de Israel adopte en cada caso no puede ser considerada muestra de antisionismo. Sin embargo, la condena sistemática del Estado de Israel, haga lo que haga y en relación con acciones que no se denuncian en otros Estados, el sesgado tratamiento mediático de la realidad de Israel cuando, por ejemplo, se invierte el orden lógico de la secuencia causa-efecto o se oculta la primera para que el efecto aparezca como causa, así como la tergiversación, manipulación u ocultación de la verdadera historia de Oriente Medio, en general y de Israel en particular, son pruebas de antisionismo y, en el fondo, de judeofobia.

Tras 1945 no es «políticamente correcto» autocalificarse como «antisemita» por lo que se disfrazan los mismos mitos que fundamentan el odio hacia el judío pero ahora es la fobia hacia el «judío entre las naciones» (Israel) y en vez de antisemitismo la palabra (no arrastra mala fama) es antisionismo. La mentalidad del antisemita parte de esquemas muy simples y sumariamente construidos. El rechaza toda información adicional, y nada podrá convencer al judeófobo que su antisionismo, que es el más común del antisemitismo moderno, no es reflejo de la realidad. Además, de negarse a aprender nada acerca de Israel que pudiera contradecir sus prejuicios, el antisionista reduce el país judío a una única imputación, y luego somete todo el resto de la información a ese reduccionismo inicial: por ejemplo, «Israel ocupa territorios que no le pertenecen», luego pasará a inventar supuestos crímenes.

El menú argumental del antisemita-antisionista incluye: 1) «No es lógico que haya un estado basado en la religión», rechazando reconocer que el judaísmo se considera a si mismo como una identidad nacional-religiosa y suponiendo, erradamente, que el gobierno en Israel se rige por la ley ortodoxa judía (Halajá), 2) «El sionismo atenta contra los derechos árabes». Supuestamente, aunque parte de lo que diga sea verdad (no lo es), eso no justificaría destruir a un país, a menos que la intencionalidad inicial sea el de hacerlo, 3) «El sionismo es un fenómeno del colonialismo», argumento que suelen vertir los europeos que aún mantienen colonias dispersas por el mundo o poco conocedores de la estrecha relación entre el judaísmo y la tierra de Israel (y la permanente vida judía en esas tierras). Antisionismo es Antisemitismo… ¡Solamente a los judíos no se les renoce que son un pueblo!

El antisionismo es el único movimiento que exige la desaparición de un Estado. En ningún otro conflicto entre grupos, etnias o naciones se produce esta expresión de odio que pide la destrucción de un único país, con todos sus habitantes.

Para el antisionista 192 estados en el mundo tienen derecho a existir pero solamente uno debe justificar su razón de ser y ¡Oh, casualidad! Ese estado es el judío.